Tras varias reuniones, protocolos, idas y venidas, la temporada más difícil para el fútbol gallego arrancó en diferentes categorías y vive ahora su momento más delicado.
Tras unas primeras semanas de competición con pocas incidencias, en las últimas semanas se ha disparado el número de partidos que se tienen que aplazar por algún positivo.
En el Grupo A de Tercera División por ejemplo, todos los equipos han sufrido al menos un aplazamiento y la situación de algunos equipos es muy comprometida. Es el caso del Fisterra que cuenta con hasta cuatro partidos pendientes con respecto a otros equipos. Desde ciertos círculos se pone en duda la justicia de la competición ante este tipo de situaciones debido a la presión que supone ver como sus rivales se distancian en la tabla y más en un formato como este de dos fases.
En el Grupo B están teniendo menos problemas que los compañeros del norte y todos los equipos están en un margen de dos partidos.
Muy azotadas también están siendo las categorías juveniles. Tanto la División de Honor como la Liga Nacional están teniendo jornadas afectadas y ven semana tras semana como se aplazan encuentros. Este fin de semana por ejemplo se pudo disputar completa la jornada en Liga Nacional mientras que únicamente se pudo disputar un encuentro en División de Honor. El C.D. Lugo – C.D. Conxo fue el único partido que pudo celebrarse en la máxima categoría.
La categoría del fútbol gallego menos comprometida está siendo la Primera Nacional femenina. Los pocos partidos suspendidos ya se han podido recuperar y ahora mismo no hay nada pendiente.
Este fin de semana del 13 y 14 de febrero es una de las fechas que se marcaron en el calendario para recuperar partidos.
Tras la nueva suspensión de actividades decretada hace unas semanas y que se revisará en próximas fechas, otro de los focos que se presenta ahora es saber qué sucederá con las categorías que tenían previsto iniciarse a finales de enero como lo eran la Preferente o las ligas gallegas juvenil, cadete e infantil.